Capítulo 8

"Mara, te he traído flores".

El séquito de la reina va a recibir a Uldren. Ojos asombrados alternan entre su cara, sus heridas y la maceta de flores que trae en las manos. Algunos ven a un loco y buscan sus armas antes de recordar que este es Uldren Sov, príncipe de los insomnes, beneficiario de una indulgencia ilimitada por parte de la reina.

"Se llaman asfódelos". Se arrodilla y los ofrece a su hermana. "Solo crecían en el Jardín Negro… hasta hoy. Los plantaremos aquí, en nuestros dominios, donde sé que echarán raíces y crecerán bien. Recordaré a la gente nuestra doble herencia".

Por un terrible momento, Mara es impenetrable. Luego sonríe y le invita con un gesto a acercarse. "Nuestro hermano ha llegado al Jardín Negro y ha vuelto con nosotros. Adelante". Arranca un único pétalo de la flor y lo deposita sobre la yema de su dedo. Lo sostiene bajo la luz. "Magnífico. Illyn, encárgate de ello".

Entrega la maceta. Uldren se traga la protesta. Esperaba que las plantara ella misma.

Después, en privado, permanece callada e inmóvil. Él le cuenta todo lo que recuerda. "¿Viste el corazón?", pregunta ella con suavidad.