Capítulo 5

I.I
Muchos son los susurros –una legión de embusteros y demonios– puestos para poner a prueba tu determinación.

I.II
Escucha las palabras, pero que sepas que pondrán en duda tu verdad.

I.III
El viaje hacia delante no es directo, sino un laberinto cambiante, pensado para descartar a los indignos.

I.IV
La salvación no te quiere, a la evolución no le importas.

I.V
Los susurros son tu guía y tu perdición, haz caso a sus palabras, pero no las sigas ciegamente.

I.VI
Seguirlas a ciegas es sacrificar el yo de uno al abismo y convertirse en nada más que una de tantas almas perdidas.

I.VII
La verdad de un propósito susurrado se enturbia, de manera que los insensatos nunca sabrán de la gloria de su gran propósito.

"No te pierdas en las palabras de los susurros, sino en su propósito."
—5º. Discernimiento, 7º. Libro del Dolor



Tienes que comprender que el camino que hollábamos nos resultaba muy nuevo aún. Abordar la nave abandonada de Yor en busca de las primeras respuestas fue obra de unos niños que desconocían las verdades –y los peligros– que señalaban nuestro viaje. No fue hasta más tarde, cuando descubrimos más piezas del todo, que comprendimos la realidad de aquel extraño ruido blanco que roía los confines de nuestros pensamientos. Ahora los llamamos "susurros", pero por aquel entonces, en los primeros tiempos, cuando nos acercamos a la nave y entramos en ella –su jaula de seguridad, hecha de piezas de desguace, aún identificable ahí donde no se había sobreincrustado en el horror oscuro y desigual del hueso– tomamos sus cantos de sirena por el informe de los sistemas defectuosos de una nave moribunda. Fuimos unos necios.

Orsa encontró unos glifos garabateados en un grueso pedazo cuero, dentro de la nave que perteneciera a Yor, hacía ya tanto tiempo. En aquel momento no fuimos capaces de identificar la procedencia de aquella escritura, y mucho menos traducirla. Aunque todos habíamos oído historias de la colmena, un mal antiguo y una batalla muy lejana que había convertido Luna en una zona prohibida, la mayoría las considerábamos folclore, historias de miedo para contrarrestar nuestra curiosidad natural e impedir que los valientes guardianes se aventurasen más allá de lo prudente. Y, aunque teníamos nuestras teorías sobre Dredgen Yor y cómo su caída tenía que ver con las historias de perversas criaturas de pesadilla nacidas del hueso y la sombra, tuvimos la precaución de no dejar que nuestras suposiciones guiaran las pesquisas.


—Nota garabateada a mano que acompaña a la traducción personal de Teben Grey de un antiguo texto de la colmena