Capítulo 1

Otra noche sin pegar ojo. No es que necesite dormir, pero me ayuda a sentirme normal… Aunque ya no sé qué es normal. Oigo ruidos en el exterior. Será alguna rata buscando comida. Buena suerte.

Estoy harta de andar siempre en busca de un lugar seguro para descansar, aunque no soy la única. Todo el mundo está desplazado desde la caída de la Última Ciudad.

Oigo el ruido de nuevo. Más fuerte. Hay alguien cerca.

Antes de que pueda reaccionar, está junto a mi catre.

Salto por encima de la tela, cojo mi arma del suelo y ruedo por el suelo, disparando estasis al allanador. Lo evita por completo, mi cama queda congelada por unos momentos. Disparo varias veces y le doy en un hombro.

"¡Elsie! ¡Espera!".

Solo una persona me llama así.

El atacante se retira la capucha. Ha cambiado, viste peor, pero es ella. La tozuda de mi hermana.

"¿Qué crees que haces, Ana? ¿Por qué me atacas?".

"¡Tú me has atacado primero!".

Hacía muchos años que no la veía, desde el bombardeo. La última reunión familiar no terminó bien.

Un reguero carmesí le baja por el brazo. "Estás herida".

"No es nada. Estoy bien".

"No estás bien. ¿Dónde está ese molesto insecto? ¿Por qué no te cura?".

"He dicho que no es nada".

Algo raro pasa. La miro fijamente hasta que da explicaciones.

"Se ha ido. Admite Ana a regañadientes. Dejémoslo así".

No me sorprende.

"¿Qué haces aquí, Ana?".

"Necesito que me enseñes a usar la estasis, como haces tú. Tú sabes controlarla. Y no estás corrompida, como ellos".

Parece desesperada. Eso es mala señal.

"Ya lo hemos hablado. Mi respuesta sigue siendo no", le digo. Ana es inteligente, pero se descarrila con facilidad. Es un milagro que le haya ido como le ha ido. No pienso meterme en eso.

"Cada día, me defiendo como puedo. Sin mi Luz y sin el Viajero, soy como cualquier escoria, esperando mi final".

"Tengo mayores preocupaciones".

"¿Mayores que la familia?", pregunta, intentando manipularme.

No funcionará. Cojo mi bolsa y salgo por la puerta.

"¿Te vas sin más? Vale. Le pediré a otra persona que me ayude a entender la estasis, así podré eliminar a Savathûn".

¿Tan mal están las cosas para ella que siente ganas de morir?

"Ya sabes lo que hizo, Ana. La estasis no te salvará. Es una misión suicida".

"No somos las únicas cansadas de vivir con miedo, hay otros. Podemos encontrarlos".

"Vale, pues vete a hablar con ellos".

"Escúchame. Podemos defendernos con la Luz y con la Oscuridad. A la vez".

"O podemos estarnos quietas y pasar desapercibidas".

"¡No tenemos a dónde ir! Si quieres huir, es tu decisión. Pero te digo que podemos lograrlo", dice sacando un disco de su bolsa. "Solo necesitamos un poco de ayuda".

"¿Lo tienes?", pregunto sorprendida.

"Lo que queda de él".

El Estratega. Parece que no desapareció con Marte. Ahí hay poder, pero el plan es una locura. Aunque Ana parece decidida a dominar el poder de la estasis y, con Rasputín, lo conseguirá. Cuando se le pone algo entre ceja y ceja, no hay nada que pueda detenerla.

Siempre pensé que la mejor forma de protegerla era alejándome de ella. Si la rechazo, ¿puedo seguir diciendo que lo hago por ella?

"El único problema es que está atrapado en este disco. Necesita un nuevo recipiente".

Ana sonríe tímidamente. Sabe exactamente qué hacer y cómo manipularme. De pronto, me asaltan un millón de dudas.

No puedo permitir que mi hermana vaya y se mate.

"Tú mandas".