Capítulo 10

MCXVII, en el futuro.
Registrada por el escriba Ixolt


Tras haber encontrado un pequeño, pero formidable equipo de aliados en las Sombras de los elixni y de los insomnes, la Sombra de la Tierra le manifestó al emperador que, para avanzar en la misión de traer el fin del mundo, las nuevas Sombras debían recuperar parte del conocimiento perdido de los mundos ateneos del imperio. El emperador accedió y aprobó la partida con toda la razón.

Lo que sigue es un relato de la reconquista del mundo ateneo X:

Las Sombras de la Tierra, de los elixni y de los insomnes llegaron al planeta de hielo que contenía el mundo ateneo X del emperador Calus, cuyo nombre se ha perdido en el tiempo. Este planeta, un repositorio del preciado saber antiguo que recopiló el emperador, se había elegido por su entorno hostil, que servía como sistema de defensa integrado contra intrusos y ladrones.

De camino al santuario del planeta, donde se guardaba el conocimiento del mundo ateneo, las Sombras se vieron acosadas por una especie desconocida de fieras indígenas cuyas capacidades naturales como depredadores debilitaron de manera inesperada el alma compañera de la Sombra de la Tierra. La Sombra dependía simbióticamente de su alma, así que desfalleció y las tres se vieron obligadas a acampar al aire libre, al pie de un gran monolito, cuando una tormenta cayó sobre ellas.

Las criaturas, que hasta el momento habían permanecido al acecho en los límites visuales del grupo, se acercaron cada vez más al amparo de la tormenta, que crecía en intensidad, y llevaron a cabo un ataque furtivo. Así comenzó una refriega sangrienta en la que las tres Sombras lucharon contra media docena de criaturas con un éxito moderado y donde la Sombra de los elixni cayó en combate. De este sacrificio diría más tarde la Sombra de la Tierra: "Él conocía los riesgos de nuestra misión y dio la vida encantado para ayudarnos a llevarla a cabo. Es un sacrificio que las Sombras estamos dispuestas a hacer".

Fue entonces cuando la Sombra de la Tierra y la de los insomnes pudieron acceder al santuario y dar con cientos de años de conocimientos perdidos, que recuperaron para el gran emperador Calus y sus lealistas.+



+ El escriba encargado de completar esta crónica en una fecha futura deberá incluir más detalles cuando se recobren los secretos perdidos de este mundo ateneo (y de otros). Hay que borrar esta nota después de actualizar esta historia.