Capítulo 3

"¡Por los fundadores, Tino!", Callie resopló con disgusto. La sala de reuniones informativas virtual era tan sosa como la física —a propósito—, y eso destacaba el estrafalario avatar que había elegido. "No pienso hablar contigo si vas a ser un mandala. Me da dolor de cabeza".

"¡Este es el futuro! Y tú no eres mi supervisora". Tras desdeñarlo con un gesto, Callie volvió a centrarse en el calendario junto con los demás técnicos médicos".

"¿Cómo esperan que atendamos a tanta gente en un turno?". Tammiya abrió una copia del archivo del calendario y la integró en su brazo; casi todo el personal empezaba a aprovechar lo fugaces que eran los "tatuajes virtuales" para tener a mano las notas importantes.

En cuanto vio la oportunidad de chismorrear, Tino pareció espabilarse. "¿No os habéis enterado? En el mundo de los despiertos, se ha producido una anafilaxia durante el último turno. Un idiota se olvidó de informar de que tenía alergia al marisco".

"Pero si los nuevos inhibidores de catepsina proceden de las ostras".

"Exacto", confirmó Miku. Su avatar estaba relajado. "Le inyectaron una buena dosis de sueño profundo y se infló como un pez globo. ¡Vomitó por todas partes! Menos mal que yo solo estaba ocupándome de los drones, porque el olor tenía que ser insoportable". Tino abrió el vídeo.

"¿Para qué creerá la gente que hacemos tantas preguntas?".

"¡Basta!". Bijan se sentó en una silla virtual en la mesa de informes. De alguna forma, su gélida mirada había sobrevivido impasible a la transición al Arca de Nubis. "Cuando la gente se asusta, olvida cosas; es parte de la naturaleza humana. Sed profesionales".

"Pero ya íbamos con retraso, y personas como esta lo retrasan todo aún más".

"Entiendo la frustración, Tammiya", dijo Bijan mientras dividía el calendario en las tareas de cada uno para asignárselas. "Pero somos técnicos médicos; somos la estabilidad que necesitan. Lo primordial es mostrar empatía".

"Bien dicho, jefe", señaló Tino.

"A propósito, Tino, puedes ser lo que quieras en tus ratos libres, pero, mientras tengamos a cinco millones de pacientes asustados y buscando consuelo, mantén la sangre fría".