Capítulo 11

Entrada 108

Yuki… ha muerto. No ha sucedido como esperaba.

Uno de los hombres que nos había atacado regresó. Pero en esta ocasión venía con una oferta: quería a la exo. Había visto de lo que era capaz en el camión, cómo había hecho que nuestras armas se volvieran todavía más letales con sus propias manos.

La exo se mostró dispuesta a sacrificarse por nosotros.

Estaba aterrada, pero antes de que pudiera decir nada, Yuki mintió y dijo que ella tenía el acelerador de obsidiana, que lo guardaba en su mochila.

El hombre se aproximó con cautela y ella me dedicó una mirada, una última mirada. La misma que me había sosegado en tantas ocasiones. Yuki cogió la mochila a medida que el hombre se acercaba.

Entonces, la exo me agarró conforme la granada explotaba, protegiéndome de la ardiente metralla. Acto seguido, me ayudó a levantarme y corrimos. Miré atrás una vez.

El dron rojo del hombre estaba emitiendo su terrible luz sobre la carnicería en busca de su amo.

Este volvería a levantarse. Sabe de lo que ella es capaz.

Seguirá buscándonos.

Yuki… lo siento.

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Entrada 109

Han pasado tres días y sigo bloqueada. Es insoportable.

Ahora solo estamos ella y yo.

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Entrada 110

Pasamos la noche bajo el ala de una nave colisionada. Conforme escribo esto, me doy cuenta de que no he visto un solo avión en el cielo desde que emprendimos camino. Este no es el mundo que conozco.

Lo pienso cada vez que la miro a ella. Este no es el mundo que conozco.