Capítulo 2

Estaba tan débil que tenía que ir a gatas. Su Espectro se desplazaba tranquilamente por el aire, sobre él.

"¿Qué demonios me pasa?", preguntó desde el suelo.

"Te estás muriendo de hambre", dijo el Espectro sin rodeos.

"No te creo", respondió él con desdeño mientras se arrastraba sobre unas rocas.

"Podría curarte", contestó el Espectro.

"No te necesito", dijo él. "Ya me ocupo yo".

"¿No vas a elegir un nombre?", preguntó el Espectro. "Todo el mundo elige un nombre".

"Hablas demasiado".

"Algunas personas también le ponen nombre a su Espectro. Si no quieres un nombre, ¿cómo debería llamarte?".

Se había desmayado. El sol le caía de plano. Era como una canica abrasadora en mitad del cielo. Murió un día después, cuando un escorpión le picó mientras yacía bocabajo. El Espectro lo permitió. Un reinicio completo sería menos complicado.

**

Abrió los ojos e inspiró profundamente. "¿Cómo debería llamarte?", preguntó el Espectro.

Lo observó, como si estuviera considerando una respuesta. Luego se miró las manos.

"Sigo teniendo hambre".