Capítulo 1

"Durante todos mis años de formación, tuve un objetivo: encontrar a mi... Bueno, todos tenemos una forma de llamarlo... A mi elegido. A partir de ese instante, dediqué cada momento a mantenerlo vivo, tanto si él lo quería como si no. Fue una etapa turbulenta, antes de la Última Ciudad. Antes de que la humanidad encontrase una esperanza para el futuro. Yo estaba dispuesto a matar por ello. A morir por ello". —Un Espectro de la Edad Oscura


Abrió los ojos en el aire nocturno e inspiró profundamente. No sabía muy bien cuánto había dormido, pero su primer instinto fue…

"Corre".

Se quedó paralizado. La voz no era suya.

"Tienes que salir corriendo".

El hombre se puso de pie, iluminado por la luz vespertina. Se miró y vio que alguien lo había vestido para su funeral. No se rió, aunque le pareció gracioso. La voz prosiguió. "¿Me oyes? Los alzados luchan por el territorio en estos altiplanos. Debemos darnos prisa".

Por primera vez, se dio cuenta de que un pequeño dron zumbaba en el aire a su alrededor. Tenía un ojo fulgurante en el centro que brillaba como un sol azul. Sacudió su estructura hacia la izquierda, señalando la luz de un asentamiento lejano. "Ve al oeste. Tengo amigos allí. Ellos nos ayudarán".

El hombre observó el dron, frunció el ceño y echó a correr en sentido contrario.

"¿Qué? ¡Eh!", gritó la voz a sus espaldas. Huyó hacia la oscuridad, corriendo a toda velocidad entre la maleza alta. Lo único que podía oír era su propio resuello y el ruido al pisotear la vegetación. Le sorprendía lo rápido que se estaba moviendo. La voz volvió a llamarlo desde bastante atrás.

Oyó el rugido de la máquina antes de verla y no sintió nada cuando salió de entre las hierbas a su derecha con una explosión y le cayó encima, aplastándolo con su peso.

**

Abrió los ojos en el aire nocturno e inspiró profundamente.

"Has muerto", explicó el dron mientras flotaba sobre él. Tenía manchas de una película pastosa y oscura. "Te he traído de vuelta".

Se puso en pie y se miró. La misma ropa. Ninguna herida. La pila de escombros de la máquina que lo había matado estaba a unos pocos metros, en un cráter oscuro y cubierto de hollín.

El cuerpo de un hombre con armadura yacía tendido sobre la llameante cabina abierta. Su casco estaba perforado y tenía un pequeño agujero del tamaño… del dron.

"¿Vas a hacerme caso? Deja que te lleve con mis amigos", dijo. "Esta zona está llena de incursores como ese. Liderados por alzados como tú. Tienes que ponerte al día".

"¿Qué demonios eres?", fueron las primeras palabras del hombre.

"Soy tu Espectro. Mi único propósito es apoyarte", respondió el dron.

"¿Trabajas para mí?".

"Podría decirse así, sí".

"¿Esto es el más allá?".

"Podría decirse así", dijo el dron, apuntando de nuevo hacia las luces del oeste. "¿Nos vamos?".

"Por ahí no". El hombre tomó el camino opuesto.

El dron lo observó pisotear la maleza y desaparecer. Observó el gigantesco orbe desfigurado que dominaba el cielo y luego ajustó ligeramente el patrón orbital de su armadura modular.

Se apresuró a seguir al hombre.