Capítulo 4

De la mente de Match. No sé dónde estamos. Que el cáliz nos acoja y nos salve.

Nada.

¡Dios responde a dios! El vacío del alma de Calus gritó y ESTO es lo que respondió. El sistema de control del Leviatán falló al ver lo que nos espera. ¡Vamos a la deriva hacia ello!

Calus se ha encerrado en su cámara de observación. Sus transmisiones golpean la COSA y vuelven desfiguradas por fuerzas intolerables. Nos hemos reunido para compartir nuestros pensamientos e intentar comprender qué está pasando, pero tememos tener éxito. Tartamudeamos como niños y la comunión fracasa.

¿Es esto el límite del universo? El espacio no puede tener final: continúa eternamente. Pero un agujero en la eternidad sería una especie de límite. Un fallo, un defecto, un lugar fuera de lugar…

Debo mantener la calma. Debo registrar mis pensamientos. Ahora pienso en la máquina OXA, eternamente perdida y reconstruida, pasada de una civilización a otra como la caja negra de una nave. Pienso en las leyendas de Oryx, rey de la colmena, y en su intento de acceder a las Profundidades. Yo pensaba que esa historia era una alegoría. Creo que me equivoqué.

¿Qué nos pasará dentro? ¿Se colapsará la geometría del espacio-tiempo y experimentaremos el resto de nuestras vidas como un único momento, retorcidos sobre nosotros mismos como una cadena enredada? ¿Me veré morir de viejo o gritar advertencias a mi pasado cuando nos encontremos en el laberinto enfermizo de un Leviatán retorcido? ¡No quiero ni pensarlo! ¡Una eternidad leyendo mis mentes enfermas, saboreando la locura de mi futuro y convirtiéndome en él!

Hasta los espíritus de la copa enloquecerían.

Solo uno de nosotros da la bienvenida a esta locura y no entiendo por qué, pero ¿cómo podría? ¿Cómo voy a ser capaz de predecir o de comprender a un dios?

Por toda la nave, transmitiendo desde la comodidad de su sala de observación, CALUS RÍE.