Intentaron ocultar la verdad, pero hemos seguido su sinuoso camino. Hemos compuesto un mapa fragmentado de eventos en el tiempo y el espacio.

Además, literalmente.

Desde la sombra del Viajero a los oscuros corredores bajo la Luna, y el largo y angustioso viaje de vuelta.

Desde la enfermedad infligida al Crisol al amanecer de la Luz en las arenas rojas.

Desde un asentamiento olvidado en el oeste a los horrores del Canal Norte y Velor.

Desde el campo abierto de las Tierras Agrietadas al odioso frío de Durga.

Y luego, finalmente, hasta la Cresta del Menguador, donde la Oscuridad se topó con el puro e iracundo fuego.

Hemos rastreado meticulosamente los pasos de Yor, de principio a fin.

Hemos estudiado su reino, el terror que sembró, la violencia que trajo con total abandono.

Solo para descubrir algo terrible: No era simplemente el monstruo que narran las leyendas.

Esta verdad nos hizo entender por qué se construyó una farsa protectora alrededor de todo lo que hizo y en lo que se convirtió.

Sin embargo, entender la necesidad de controlar la mitología de Yor no significa que estemos de acuerdo con ella. De hecho, todo lo contrario.

Cuando lo vemos como era realmente, no como nos lo imaginamos, desafiamos la imagen mitológica conocida del hombre que era Dredgen Yor.

Hemos llegado a la conclusión de que el monstruo que tantos ven, de hecho, era el mejor de nosotros.

Su sacrificio fue absoluto.

Sus viles medios buscaban un bien mayor.

Ellos ocultan esta verdad porque temen las consecuencias de los que se atrevan a seguir sus pasos.

A tentar a la Oscuridad. A permitir que la propia Luz quede mancillada.

Pocos podrían recorrer ese precipicio sin caer de lleno en la desesperación.

Y aunque existen teorías que apoyan o contradicen la pureza del regalo que empuñamos, la vida de Yor ofrece la visión de una posibilidad inexplorada.

Orsa está de acuerdo.

Él también cree, como yo, que podríamos replicar la condenación de Yor y evitar pagar el mismo precio.

Seguramente se nos juzgará por lo que sea que vamos a conseguir. Y seguramente llegará el momento en que el pistolero solitario quiera explicaciones. O algo peor.

Pero ahora seguimos un viejo camino.

Uno que esperamos hacer nuestro.

Y si fracasamos, que la Luz vengue a todos los que hagamos padecer.