"Deja que te cuente la historia de cuando los guardianes se encontraron por primera vez con los cabal.

Fue durante los primeros días en la frontera, finalmente habíamos encontrado la forma de arreglar las viejas hipernaves y explorar lo que quedaba de las colonias.

Había dos guardianes. Aunque ambos servían a la Luz, eran rivales en todo lo demás. Uno pasó sus días inspeccionando lugares olvidados en busca de tesoros perdidos. El otro fue en busca de desafíos aún mayores, en un incansable afán de gloria.

"Un día, ambos guardianes detectaron una extraña señal emitida desde una ciudad enterrada en Marte. El hechicero, esperando encontrar alijos olvidados, prometió mantener el secreto hasta que pudiera explorar el sitio a solas. La cazadora, viendo la oportunidad de ganar el renombre que ansiaba, tampoco se lo dijo a nadie".

Ambos guardianes caminaron hacia el peligro, a solas y sin estar preparados.

Pronto sus caminos se cruzaron. El hechicero se burló del orgullo de su rival. La cazadora ridiculizó a su rival y lo acusó de tener el síndrome de Diógenes. En su furia, se volvieron uno en contra del otro... y no vieron cómo se acercaba el peligro.

Los devoradores de arena llegaron. Los centuriones saltaron al área antes de que los guardianes pudieran reaccionar. Los pasos del coloso hacían temblar la tierra. Los escudos de las falanges crearon un muro que ninguna arma podía penetrar. Las legiones se acercaron para matarlos.

Viendo el fin inminente, los guardianes hicieron lo único que podían hacer. Luchar. Mano a mano, juntos lucharon contra los cabal durante un día y una noche. El aceite negro empapaba las arenas hasta que el suelo resbalaba por toda la muerte que había esparcida. Los escudos y la armadura de los muertos sembraban el campo de batalla, pero los cabal seguían viniendo.

Los guardianes murieron, revivieron y murieron de nuevo. Lucharon protegiéndose mutuamente. Con su último hálito, el hechicero usó el vacío para destruir a sus enemigos. Con su última bala, la cazadora salvó a su amigo del coloso.

Por fin el campo de batalla quedó en silencio. Solo los guardianes permanecían en pie. Abandonando sus búsquedas, regresaron a la Ciudad para advertir a la Vanguardia de la creciente amenaza que se ocultaba en Marte.

Desde ese día, ambos han sido íntimos e inseparables. En sus viajes juntos, encontraron tanto tesoros como renombre. Pero nada de eso tiene importancia a menos que se comparta".

"Espera, creo que he oído esta historia antes, pero era sobre dos guardianes y la Colmena?"

"No, imposible. Era sobre la Cámara de Cristal".

"¿Quién dice que solo hay una historia?"