El primero llega en sombras.
Una ventana se convierte en una puerta.
Una marea se convierte en un abismo.
El segundo llega en huesos.
Pagos que ofrecen festines, y llevan las leyes.
Un camino asolado, mentes destrozadas.
El tercero no llega solo. No puede.
Nuestras verdades están tejidas en su ser, deseos más allá de los nuestros.
La primera necesita a la segunda para fallar, la tercera necesita a la primera para triunfar.
La segunda nunca cesará, pero la primera siempre prevalecerá. La tercera nace de todos los resultados.
A menos que todos los finales fluyan del mismo foso.