NO.

¡Savathûn! ¡Xivu Arath! Mis hermanas.
Hemos sido traicionados. Nunca viviremos eternamente.

Nuestro poder aniquila especies enteras. Inhalamos su humo cuando arden.
Este es nuestro acuerdo con el gusano, nuestro dios: el gusano nos hace poderosos.
Pero, al utilizar este poder, el apetito de nuestro gusano aumenta.
Si no conseguimos alimentarlo, nos devorará desde dentro.

Hemos exterminado 306 mundos.
Y ahora tengo la certeza...

El apetito de mi gusano crece más rápido que el poder que extraigo de él.
El pacto nos obliga a obedecer a nuestra naturaleza: búsqueda eterna, astucia eterna, conquista eterna.
Pero, al hacer esto, hermanas mías, alimentamos a nuestros gusanos.

Y, cuanto más los alimentamos, más hambre tienen. Cada vez más.

Pronto, hermanas mías, seremos tan poderosos y nuestros gusanos estarán tan hambrientos...
que ni siquiera con todo nuestro poder conseguiremos alimentarlos.
Y seremos devorados.

¿QUÉ PODEMOS HACER?