Los seguidores de Crota blanden martillos,
cantan canciones fúnebres:
Fatal.
Irrevocable.
Absoluto.

Ir Halak e Ir Anûk se ríen de Crota.
La irrevocabilidad es el juguete de un niño,
adecuado para alguien como Crota,
dicen.

Nada de martillos para la Deshiladora o la Tejedora,
pero sí un huso, envuelto en dolor.
Para sus enemigos,
un sufrimiento sin fin.