Zavala:

Solo tú preguntarías por las malas noticias en un momento de triunfo. He terminado de revisar el informe de ese Espectro.

Mi hipótesis, si podemos llamarla así, es que los vex ven la abominable prerancia del corazón del Jardín como un poder divino. Me imagino que ya estarás diciendo: ¿cómo pueden unas máquinas tener dios?

La respuesta es sencilla. Los vex, con toda su voraz inteligencia, no supieron comprender ni descifrar lo que habían encontrado. Buscaron entre todas sus reacciones disponibles y establecieron el procedimiento más ventajoso: adorar a este poder y reconstruirse a sí mismos según su imagen.

Creo que las tres Mentes del Eje que se hallaban cerca de la abominación eran máquinas vex construidas para servir como receptáculos de su poder: una manera de extender su alcance en el espacio-tiempo, y de vincularse con los vex y a la inversa. Si lo hubieran logrado, no me puedo ni imaginar los horrores que hubieran desatado.

Escucha detenidamente. Todavía hay esperanzas. Al verse en peligro, la abominación activó los receptáculos y se defendió. Esto nos dice que se sintió amenazada. Sea lo que fuere, los guardianes podían hacerle daño.

Y solo activó un receptáculo cada vez. Sus fuerzas eran limitadas. No estaba lista todavía para lo que sea que intentaba hacer.

Debemos asumir que la abominación era parte de algo mayor. Y no olvidemos una terrible y obvia comparación: al igual que el Viajero actúa a través de nosotros, este poder era capaz de actuar a través de sus propios siervos.

Debemos estar alerta. Puede que haya otras abominaciones y otros receptáculos.

Ikora