El universo es una bestia.

Su cuerpo está compuesto de materia minúscula, de nimiedades, de átomos que circulan por una sangre llena de chisporroteos. Los principios básicos y eternos dan forma a la bestia. La mayor galaxia está gobernada por principios de masa y movimiento. Los electrones dependen de la carga y la probabilidad. Y por eso el universo parece inexhaustible y eterno.

Ningún sol se queja al morir. El problema es la vida. La vida puede estar hecha de carne, circuitos o luz. Los orígenes no importan. Pero las pequeñas, medio inteligentes criaturas tienen un talento fiero para negar lo inevitable, para oponerse y quejarse de injusticias que no existen y consecuencias que deberían ser llevadas en silencio.